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Paulo Freire (página 2)




Enviado por abbadion



Partes: 1, 2

El movimiento de
la educación liberador es una respuesta de y a la sociedad
científico- técnica en que nos está tocando
vivir, como el movimiento de
la educación nueva fue una respuesta de y a la sociedad
industrial y como el movimiento de la educación
tradicional lo fue de y a la sociedad agrícola.

El movimiento de la educación liberadora es una
reconstrucción de la educación nueva, los tres
movimientos educativos más importantes, entroncados en la
historia, son uno
superación del anterior, y en la sociedad, cada tipo de
sociedad provoca un tipo de educación que, a su vez, se
transforma para conducirla al movimiento siguiente.

Lo que venimos educación tradicional, cristaliza
hacia 1600, la educación nueva lo hace hacia 1900, aunque
se institucionalice en 1921, poco después de la 1ª
Guerra
Mundial, y el movimiento de la educación liberadora lo
hace hacia 1945, fin de la 2ª Guerra
Mundial, para evitar las causas que la hicieron posible y contra
una sociedad que aliena y destruye al hombre, hablamos de la
posguerra y de la alienación sufrida por el hombre
dadas las penurias que trajo consigo la fuerte crisis mundial
tras la 2ª Guerra Mundial,
esto produjo un aprisionamiento y por lo tanto un alienamiento de
los más desfavorecidos en particular y de todos en
general.

Dado que este movimiento tuvo su mayor esplendor en
latinoamérica hablemos del contexto
histórico que rodeaba estos países
basándonos en Brasil, patria
del autor(Paulo Freire) al que va encaminado nuestro
trabajo:

Durante el Imperio (1822-1889), Brasil
consolidó su unidad nacional y amplió las
fronteras. Ese crecimiento estuvo dado por la
incorporación de la provincia Cisplatina(parte de Uruguay) en
1828, la guerra de la
Triple Alianza contra Paraguay, en la
que Brasil se quedó con noventa mil kilómetros
cuadrados de su territorio; y, a finales de siglo, la
anexión del Acre boliviano.

La economía
permaneció atada al latifundio, la exportación de productos
agrícolas tropicales y la explotación del trabajo
esclavo que fue abolido muy tardíamente en 1888. Este
último hecho aceleró la caída del
régimen monárquico, aunque no modifico
sustancialmente las condiciones políticas
y sociales de los negros, a quienes se les negó la
libertad
política
al prohibirse el voto de los analfabetos.

El cultivo del café
representó, durante un largo periodo, la actividad
económica predominante.

En 1930 un golpe de Estado
proclama presidente a Getulio Vargas. La "revolución
del 30" marca el fin del
predominio de los terratenientes, cuyo poderío
había sido corroído por la crisis mundial
de 1929, que arraso con la economía del café.

El "trabalhismo"(laborismo) de Getulio Vargas
inauguró el modelo de
sustituciones de importaciones
dando prioridad a la producción industrial propia y, durante la
2ª Guerra Mundial, a la siderurgia. Vargas gobernó
dictatorialmente desde 1937 a 1945, y en 1950 volvió al
poder como
presidente constitucional. Marcó su accionar
político con dos constantes: el nacionalismo y
la defensa reformista de los intereses de los
trabajadores.

En 1953 se estableció el monopolio
estatal del petróleo,
con la creación de Petrobras. Vargas se suicidó en
agosto de 1953.

Promoviendo una política de carácter
desarrollista, el gobierno de
Juscelino Kubitschek (1956-1961) permitió la
penetración de empresas
trasnacionales, concediéndoles privilegios excepcionales.
Se construyó Brasilia, con la pretensión de fijar
el marco de una nueva etapa del proceso de desarrollo
económico del país. Hacia allí fue
trasladada la capital en
1960.

En septiembre de 1961 asumió la presidencia el
vicepresidente Joao Goulart, líder
del partido Trabalhista y heredero político de Getulio
Vargas. Como salida conciliatoria a la crisis se adoptó el
régimen parlamentario con Tancredo Neves como primer
ministro. En enero de 1963, después de un plebiscito
nacional, se restableció el presidencialismo. Goulart
intentó poner en práctica medidas como la reforma
agraria y la reglamentación de la transferencia de
dividendos de empresas
extranjeras al exterior, pero fue derrocado en 1964 por un golpe
militar apoyado por los EEUU.

El nuevo gobierno
institucional, que abolió la Constitución liberal de 1946
permitió la proscripción de mandatos parlamentarios
y la suspensión de derechos
políticos.

El Alto Comando Revolucionario designó presidente
al general Humberto de Alencar Castello Branco, que debía
gobernar hasta la finalización del periodo constitucional,
pero su mandato fue prorrogado hasta 1967. En las elecciones de
algunos gobiernos estaduales, celebradas en octubre de 1965, la
oposición venció en Río de Janeiro y en
Minas Gerais. Como represalia fue dictado el Acto Institucional,
que estableció la elección del presidente de la
República por un colegio electoral controlado y
declaró disueltos los partidos
políticos existentes, creando un sistema
bipartidario integrado por la Arena (Alianza Renovadora
Nacional), oficialista y necesariamente mayoritaria, y el MDB
(Movimiento Democrático Brasileño), de
oposición pero sin ninguna posibilidad de llegar al
poder.

En enero de 1969 entra en vigor una nueva Constitución de carácter
autoritario, y dos meses después el general Arthur da
Costa e Silva asumía la presidencia de la
República. En Diciembre de 1968, ante el avance de la
oposición popular, fue dictado el Acto Constitucional, que
otorgó poderes autocráticos al régimen
militar. Costa e Silva fue sustituido en agosto de 1969 por una
junta militar, que gobernó hasta octubre, cuando el
general Emilio Garrastuzú Médici, ex jefe del
servicio
nacional de información, fue designado presidente de la
República. El gobierno de Médici se
caracterizó por la extrema violencia en
la represión a los movimientos de oposición legal e
ilegal, al mismo tiempo que la
política
económica estimulaba la euforia consumista de la clase
media.

Podemos observar que al igual que en Brasil en toda
latinoamerica
se sucedían las dictaduras, con fuertes represiones, esto
hizo que aquí quizá el liberacionismo fuera una
válvula de escape y de ahí su importancia en
latinoamerica.

REPRESENTANTES
MÁS DESTACADOS

Iván Illich: Sacerdote católico nacido en
Austria, que ha trabajado bastante en Centroamérica, habla
de una sociedad "convivencial", en la que la persona
interesada, tendría a su disposición recursos
educacionales, materiales
tecnológicos, y además recursos
personales (consejeros de educación).

Paul Goodman: Profesor universitario de literatura en EEUU, uno de
los pensadores anarquistas más importantes de la segunda
mitad del s.XX en EEUU, es más moderado en cuanto a la
abolición de las escuelas. Propone que la asistencia a la
escuela no sea
obligatoria y que nunca la escuela adopte
grandes proporciones, sino que se constituya en pequeñas
unidades bien integradas en el medio social.

John Holt: Profesor de la universidad de
Harvard, ha promovido en los últimos años la
práctica de la desescolarización en todo el mundo,
para educar los niños
fuera de la escuela. Se trata del célebre movimiento de
"objeción escolar", que ha llevado a familias de todo el
mundo a negarse a llevar a sus hijos a las escuelas.

Paulo Freire: (1921 – 1997)

Paulo Freire nació en el estado de
Penambuco, Brasil, el 19 de septiembre en 1921. Su familia era
económicamente humilde y Freire siempre reconoció
que, a pesar de la situación, fueron sus padres quienes le
enseñaron desde muy pequeño el valor del
diálogo.
Cuando las condiciones económicas familiares comenzaron a
mejorar, Freire ingresó en la Facultad de Derecho, en la
Universidad de
Recife. Estudió, también, filosofía y
psicología
del lenguaje,
mientras trabajaba algunas horas del día como instructor
es una escuela secundaria. Sin embargo, algún tiempo
después dejaría las leyes y el
Derecho para dedicarse de lleno a la educación
popular.

Freire criticó en forma implacable a las formas
tradicionales de educación, convirtiéndose en uno
de los principales motores de la
revolución
educativa en Brasil, elaboró un innovador (y necesario)
método de
alfabetización que se vinculaba a los intereses de los
desamparados y que desarrolló en su ciudad natal. Este
modelo se
basaba en una educación construida sobre el diálogo,
permitiendo a cada persona
contribuir en su desarrollo
personal. Freire logró que la educación
abandonara su función
domesticadora para convertirse en un camino hacia la libertad, cuyo
objetivo
primero era la toma de conciencia de las
personas como individuos, para así evitar la
masificación.

Fue en 1964 que el gobierno de Brasil introdujo el
método
freireano en todo el país, pero un golpe militar no
tardó en llegar y entonces el gobierno civil fue
derrocado.

Los años que siguieron fueron duros para Freire:
fue apresado y debió exiliarse en distintos países
de latinoamérica. Lo refugiaron Bolivia y
más tarde, Chile.

En 1969 publicó su más conocido libro:
"Pedagogía del oprimido". Un año
más tarde fue invitado a unirse a la Oficina de
Educación del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), donde
colaboró durante 9 años. Allí
influenció notablemente la orientación y la
metodología de la formación
ecuménica: Freire fue un cristiano creyente y convencido y
entonces se adhirió al ecumenismo. Desde allí tuvo
gran influencia en la elaboración de la Teología de
la Liberación.

Paulo Freire pudo volver a su Brasil natal sólo
cuando terminó la dictadura.
Hacia 1980 pudo enseñar también en la Universidad
de Campiñas y en la Universidad Católica de San
Pablo.

Murió 17 años después, el 2 de mayo
de 1997, en Río de Janeiro. Freire dejó un legado
de compromiso, amor y
esperanza a los oprimidos de todo el mundo y un sistema educativo
más igualitario en todo Brasil. No fue el pensador y
educador más significante del siglo veinte, pero sus
innovaciones tuvieron un impacto más que considerable en
el desarrollo de
la práctica y, particularmente, en la educación
informal.

CONCEPTO DE
HOMBRE

El hombre no
solo está en el mundo sino con el mundo. Si solo estuviera
en el mundo no habría trascendencia ni se
objetivaría a sí mismo. Pero como puede objetivarse
puede distinguir entre un yo y un no yo.

Esto lo hace capaz de ser un ser de relaciones, salir de
sí mismo; proyectarse hacia otros; trascender. Puede
distinguir orbitas existenciales distintas a sí
mismo.

Estas relaciones no solo son con los otros, sino que se
hacen en el mundo, con el mundo y por el mundo.

El animal no es un ser de relaciones sino de contactos.
Esta en el mundo y no con el mundo.

El hombre, en cuanto persona, es digno de respeto; y
el
conocimiento humano es participación dialógica
de quienes conocen el mismo objeto. No puede admitirse discriminación alguna por razón de
raza, lengua,
religión,
etc. El hombre necesita saber decir su "palabra", para lo cual le
es indispensable ser alfabetizado y asimilar la cultura en la
que discurre su existencia. El hombre no podrá ejercer su
derecho de participación, a menos que haya salido de la
calamitosa situación, en la que las desigualdades y el
subdesarrollo
le ha sumido. El hombre no ha nacido para ser oprimido, sino para
gozar de libertad y ser responsable de su destino.

En todo hombre existe un ímpetu creador. El
ímpetu de crear nace de la inconclusión del hombre.
Se hace cada vez más urgente el desarrollo de
una conciencia
crítica que permita al hombre transformar la realidad. En
la medida en que los hombres dentro de su sociedad van
contestando a los desafíos del mundo, van temporalizando
los espacios geográficos y se van haciendo historia a partir de la
propia actividad creadora del hombre.

Lo que Freire pretende es una educación no para
el hombre sino del hombre conduciéndolo a la
búsqueda de la democracia
real, es decir, no una democracia
para el pueblo sino una democracia del pueblo.

FINES Y
OBJETIVOS

Esta posición busca cambiar, de forma inmediata,
la sociedad existente a través de una
transformación de las estructuras de manera que se permita
la construcción de una sociedad más
humana e igualitaria. Propone desarrollar actitudes
críticas que estimulen prácticas de compromiso
social, especialmente con grupos
marginados. Se busca un futuro ideal que dé sentido a la
acción del presente. El objetivo de la
educación consiste en motivar la transformación de
la sociedad hacia un modelo en donde las potencialidades humanas
se emancipen más allá de lo que la actual estructura lo
permite. La escuela debe ayudar a los estudiantes a reconocer la
necesidad del cambio social
para actuar en consecuencia. Los estudiantes son considerados
como individuos cuya realización depende de su integración crítica a su comunidad, de
manera que tenga una perspectiva que trascienda la
enajenación dominante mediante prácticas
liberadoras. El maestro es un modelo de compromiso social con los
más débiles y desprotegidos; es un experto en el
desarrollo de actitudes
críticas.

La educación para Freire es darle al educando
conciencia para asumir su rol, la educación se manifiesta
en la liberación de la opresión, la
educación es una forma de percibir la realidad social, y
al hacerlo el sujeto está haciendo historia; es
protagonista de su historia.

Es por tanto para Freire, la educación un proceso
dinámico, un proceso de acción de parte de los
sujetos, y concluye entonces que educación es un proceso
de la praxis, no es solo reflexión sino una actividad
orientada a transformar a través de la acción
humana.

Para Freire en la pedagogía liberadora el
educador no es el que transmite la realidad, sino que es el
educando el que la descubre por sí mismo.

Para Freire el conocer, no es solo una producción de conocimientos nuevos, sino
que es también apropiarse de los conocimientos ya
obtenidos, someterlas a una autocrítica para producir
nuevos conocimientos.

Por lo tanto, Freire afirma que no hay objetividad sin
subjetividad. No existe la una sin la otra, y ambas no pueden ser
dicotomizadas.

Para Freire, existían 20 puntos básicos
para llevar a cabo un proceso educativo adecuado, llamadas
"Máximas Freirianas":

  1. Es necesario desarrollar una pedagogía de las
    preguntas. Siempre se escucha una pedagogía de la
    respuesta, es decir, los profesores contestan a las preguntas
    que los alumnos no han hecho.
  2. Su visión de la alfabetización iba
    más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica
    una comprensión crítica de la realidad social,
    política y económica en la que está el
    alfabetizado.
  3. Enseñar exige respeto a
    los saberes de los educandos.
  4. Enseñar exige la corporización de las
    palabras por los ejemplos.
  5. Enseñar exige respeto a la autonomía
    del ser del educando.
  6. Educar exige seguridad,
    capacidad profesional y generosidad.
  7. Enseñar exige saber escuchar.
  8. Nadie es si se prohíbe que otros
    sean.
  9. La pedagogía del oprimido, deja de ser del
    oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en
    proceso de liberación.

10) No hay palabra verdadera que no sea unión
inquebrantable entre acción y
reflexión.

  1. Decir la palabra verdadera es transformar el
    mundo.
  2. Decir que los hombres son personas y como tal son
    libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta
    afirmación sea objetiva, es una farsa.
  3. El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la
    medida en que ambos se encuentran en una relación
    permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos
    de su propia transformación.
  4. El estudio no se mide por el número de paginas
    leídas en una noche, ni por la cantidad de libros
    leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de
    consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.
  5. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad
    entre el acto de educar y el acto de ser educados por el
    educando.
  6. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos
    algo. Por eso siempre aprendemos.
  7. La cultura no
    es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados
    "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los cuales se les
    ha negado el derecho a expresarse y por ello son sometidos a
    vivir en una "cultura del silencio".
  8. Alfabetizarse no es aprender a repetir las palabras,
    sino a decir su palabra.
  9. Defendemos el proceso revolucionario como una
    acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al
    poder en el esfuerzo serio y profundo de
    concientización.
  10. La ciencia y
    la tecnología, en la sociedad
    revolucionaría, deben estar al servicio de la
    liberación permanente, de la HUMANIZACIÓN del
    hombre.

MÉTODOS Y
ESTRATEGIAS

Freire se basa en dos supuestos antropológicos
para exponer sus principios, estos
supuestos son:

  • El hombre no solo está en el mundo, sino que
    es con el mundo.
  • El hombre no ha nacido para ser oprimido, sino para
    gozar de libertad y ser responsable de su
    destino.

Partiendo de estos supuestos, Freire expone los principios de la
educación:

  • La educación es humanización, que
    implica liberación de las estructuras de
    dominación y objetivación del hombre; para
    crear una sociedad libre y solidaria, para crear un hombre
    que surja como sujeto cultural y ser histórico. La
    propuesta de Freire se dirige al "desarrollo de la conciencia
    crítica, que surge de la confrontación con la
    realidad social misma. A esto lo llamó
    concienciación". Freire se propuso concientizar para
    liberar.
  • La educación es creación de cultura,
    es participación crítica y reflexiva en los
    "Círculos de Lectura",
    instituciones creadas por Freire para
    alfabetizar. Los alfabetizados partían de experiencias
    cotidianas, comentadas en un dialogo
    participativo con metodología activa, las
    críticas a estas experiencias eran anteriores al
    aprendizaje
    lector y escritor, y se convertía en motivación para iniciarlos.
  • La educación es creación de la
    capacidad dialógica. El hombre es, por naturaleza,
    dialógico; pero, como todas las potencionalidades han
    de ser desarrolladas y perfeccionadas, que es uno de los
    objetivos
    de la educación. El diálogo es un encuentro de
    los hombres para la pronunciación del mundo. La
    educación es dialogo.
    Su dialogicidad, sin embargo, no empieza cuando se encuentran
    educador y educando en situación pedagógica.
    Debe iniciarse antes; en la etapa de preparación del
    programa.
  • La educación es comunicación y no es tensión. La
    educación ha consistido tradicionalmente en transmitir
    al educando los contenidos curriculares preescritos por
    la
    administración educativa y por los educadores,
    representando generalmente los intereses de las clases
    hegemónicas en la construcción y transmisión de
    conocimiento. El bagaje cultural del educando
    se considera un contenido ajeno al contenido curricular; se
    desprecian, por tanto, las aportaciones y la experiencia de
    los educandos en su proceso de aprendizaje.
    La educación terminaba sirviendo para la
    domesticación y la pasiva adaptación;
    prolongando la situación de opresión. Todo lo
    contrario al modelo de Freire, al modelo del hombre
    dialógico. La educación es un contacto, una
    relación un diálogo. La educación es
    "decir la palabra" para los otros, con lo cual además
    de "decir palabra" para sí mismo, al entender y
    comprender las experiencias, se pronuncia la palabra para los
    demás. La educación fundada en una actitud
    dialógica rompe con la dicotomía
    educador/educando, pues el que enseña reconoce que
    puede aprender de aquel al que va a enseñar. Nadie
    educa a nadie; nadie se educa solo, es la educación
    dialógica en el mundo.
  • La educación es liberación. Una
    concepción del proceso educativo contrapuesto a la
    "manipulación" y a la "domesticación". La
    liberación es desalienar al hombre, que vive enajenado
    por las ataduras y servidumbres por las cuales se siente
    extraño a sí mismo, es la superación de
    las limitaciones y la liberación del oprimido, que han
    sido los ideales de Freire en sus campañas
    alfabetizadoras y en la difusión de sus ideas por el
    mundo occidental.
  • La educación es concientización.
    Despertar de la conciencia critica, crear capacidad de
    enjuiciamiento, sacar al sujeto del sistema y de la pasividad
    inconsciente. La distinción entre
    concientización y la mera toma de conciencia implica
    la crítica y la capacidad decisoria de la persona
    concienciada. El proceso de concientización se
    extiende también al educador, no sirven los
    irresponsables o los maestros evasivos ante los interrogantes
    continuos de los alumnos. Concientización expresa un
    proceso por el cual el hombre toma conciencia de sí
    mismo y del mundo circundante. Concientización es
    descubrir el sentido de las cosas, tener una visión
    crítica, razonar los acontecimientos, es la lucha por
    la liberación propia y de los alumnos, es la lucha
    contra la deshumanización, es una toma de conciencia
    de la contradicción sociológica
    opresor-oprimido, es darnos cuenta del opresor que cada uno
    de nosotros llevamos dentro, hacer lo posible por erradicarlo
    y crear un hombre nuevo. La verdadera concientización
    es un compromiso de luchar por nuestros hermanos oprimidos.
    Existen tres tipos de conciencia:
    1. Conciencia intransitiva o mágica como es
      propia de las sociedades cerradas, todo lo deciden las
      elites sin vinculo con las masas. El hombre de conciencia
      mágica tiene muy limitada la esfera de
      comprensión, capta los hechos de un modo pasivo y
      los acepta, pero no los comprende.
    2. Conciencia transitiva e ingenua, simplista y
      superficial; debido a que las elites modernizan sus
      formulas de evasión cultural para que los
      dominados permanezcan en un nivel de inferioridad. El
      hombre de conciencia ingenua tiene apetencia de cultura
      y se cree superior a los hechos, se juzga libre para
      entenderlos como mejor le parezca; es gregario,
      simplista y polemista, en vez de dialogante. Este tipo
      de conciencia puede llevar a la masificación, se
      desarrolla una conciencia fanática con
      propensión a la irracionalidad.

      La educación como proceso de
      concientización implica tres fases:

      • Sensibilización.
      • Toma de conciencia
        crítica.
      • Acción transformadora.
    3. Conciencia crítica, caracterizada por su
      apertura al diálogo y a la demanda de libertad para el desarrollo
      personal, implica profundidad en la
      interpretación de los problemas; aceptación de lo nuevo y
      lo viejo en relación a su validez, seriedad en la
      argumentación, admisión de la censura y la
      crítica, conocimiento de las preocupaciones propias
      de su tiempo y compromiso en la elaboración del
      futuro desde una conciencia histórica
      real.

Según Freire, hay una forma de enseñar que
rompe con todo lo establecido anteriormente, es decir, dejamos de
absorber conocimientos inservibles para la vida cotidiana, para
centrarnos en las cosas propias del entorno, útiles en la
sociedad en que se encuentra.

Freire cree que hay que aceptar que la función
principal de la educación es hacer personas libres y
autónomas, capaces de analizar la realidad que les rodea,
participando en ella y transformándola, por ello asume una
pedagogía que se renueva con la práctica y que
fomenta la reflexión para la acción.

La metodología, pero también los
contenidos o las formas de evaluación
están en constante revisión y cambio. La
práctica del trabajo diario modifica la teoría e
inspira nuevas propuestas.

Esta labor de renovación pedagógica es
posible gracias al diálogo.

Esta forma de enseñar fomenta el
conocimiento de la realidad, la reflexión
crítica sobre esa realidad, la solidaridad con
aquellos que luchan por cambiar esa realidad por otra mejor, la
capacidad de decisión acerca de que hacer en esa realidad
y la capacidad de actuación para transformarla. En resumen
se concibe la educación como un instrumento de
transformación social.

Organizarse de forma autogestionaria forma parte de lo
que hay que aprender en la escuela. Se trata del aprendizaje de
un modo de relación entre personas plenamente
democrático y es un paso hacia la transformación de
una sociedad, que delega en otros su derecho a opinar y decidir,
a otra sociedad donde la gente participa directamente en las
decisiones que tienen que ver con su vida en comunidad.

Participar en asambleas lleva aparejado aprender a
analizar los problemas que
se van a discutir, a reflexionar críticamente sobre ellos,
a exponer oralmente y de forma comprensible las ideas que se
tienen, a defenderlas, escuchar a los demás, a pensar en
aquellas decisiones que benefician a todos, y no solo a uno
mismo, a considerarse uno más, igual en derechos y deberes que el
resto, a participar y corresponsabilizarse de las decisiones
tomadas democráticamente.

Crear una sociedad sin mecanismos de dominación.
El conocimiento debería utilizarse para la acción,
y la acción para el bien colectivo.

La metodología está basada en la
participación y no en la competición. Hay
participación cuando se logra que el alumno sea
protagonista y agente activo y creativo del proceso educativo.
Los educadores deben presentar a los alumnos la programación prevista para el curso con el
fin de discutirla durante el año, entre todos, se
revisaran metodología, contenidos y materiales
didácticos.

La relación educativa se establece con el
dialogo, no hay mejores, ni peores, ni aprobados ni suspensos. Lo
que hay son personas que quieren aprender, que son conscientes de
sus dificultades para aprender, que aceptan a los demás
con sus dificultades y que se ayudan mutuamente para superar esas
dificultades.

En la escuela los contenidos educativos que se trabajan,
tienen que ver con el mundo que hay alrededor. En clase se
introducen desde distintos puntos de vista y con todo el rigor
científico posible, aquellos hechos sociales que nos
afectan como personas que vivimos en un mismo planeta.

Ser capaz de tomar decisiones y responsabilizarse de sus
consecuencias forma parte de lo que se aprende en la escuela.
Esto se aprende y se aplica en la opción, por parte de la
escuela, de una postura propia ante aquellos problemas
sociales que afectan a los miembros de la escuela.

Se toma postura y se asumen las consecuencias:
participar junto con otros grupos en la
preparación de lo que se vaya a hacer; propagar lo que se
va a hacer; ir a los actos propuestos; poner dinero,
etc.

Freire sintetiza todo su pensamiento sobre la
educación en un método, "Método de
Alfabetización" que comprende las siguientes
fases:

  1. Preparación: Investigar la realidad educativa
    y cultural de las personas a las que se les va a proponer el
    método.
  2. Selección de palabras generadoras
    guiándose por criterios, tales como riqueza
    silábica, dificultades fonéticas y contenido
    práctico.
  3. Codificación: creación de situaciones,
    desafíos para el grupo. Son
    representaciones gráficas de un aspecto de la realidad o
    de la situación-problema. Deben representar situaciones
    conocidas y su núcleo temático no será
    explícito ni enigmático, sino reflejo de una
    situación existencial.
  4. Decodificación: consiste en analizar la
    codificación. Se desarrolla por medio de un
    diálogo entre los alfabetizandos y desemboca en una
    relectura de la realidad a través de la cual los
    animadores y alfabetizandos pueden ir superando las formas
    sencillas para comprender su mundo.
  5. Prueba y comprobación.
  6. Fase alfabetizadora: consiste en la propia
    alfabetización y consta de diferentes fases:

    1. Visualización y rememorización de
      la palabra.
    2. Establecimiento de la relación
      semántica de la palabra y el objeto a que se
      refiere.
    3. Identificación de la palabra en ausencia
      del objeto a que se refiere.
    4. Visualización de las familias
      silábicas.
    5. Identificación de vocales y
      consonantes.
    6. Formación de nuevas palabras por medio de
      combinaciones fonéticas.
  7. A la lectura
    sigue la escritura,
    procurando el coordinador introducir en la conciencia de la
    gente símbolos asociados con las palabras.

El aprendizaje del analfabeto va más allá
del dominio de la
lectoescritura, pues por el uso de las palabras generadoras o
vocabulario base, se evoca su contexto social.

Para Freire la escuela tiene tres objetivos
fundamentales:

  • Ampliar el acceso y la permanencia de los sectores
    populares en la escuela.
  • Democratización del poder pedagogo en la
    escuela.
  • Propuesta de un currículo interdisciplinar y
    formación permanente del profesorado, educación
    no "compartimenzada".

A partir de estos tres objetivos, y concretamente del
tercero, Freire propone un claro papel del educador en la
escuela, el cual tendrá unas virtudes tales como estas,
que son según Freire las ocho virtudes del "educador
comprometido" que son "aquellos educadores que están
comprometidos con la transformación de la sociedad
injusta, para crear una sociedad menos injusta", y no las de
cualquier educador.

– En primer lugar, Freire coloca la virtud de la
coherencia, es decir de la congruencia entre lo que se dice y lo
que se hace. Esta debería ser una virtud básica de
todo educador. No puede existir contradicción alguna entre
lo que predica en el aula a sus alumnos y su conducta personal, sopena
de caer en la hipocresía y la inautenticidad. La falta de
coherencia haría perder toda legitimidad a su discurso
docente y lo transformaría en simples palabras huecas. Y
el primero en advertirlo sería, seguramente, el alumno.
«Yo no puedo, dijo Freire, proclamar mi opción por
una sociedad justa, participativa y, al mismo tiempo, rechazar a
un alumno que tiene una visión crítica de mí
como profesor».

– La segunda virtud sería «saber manejar la
tensión entre la palabra y el silencio». «Se
trata, explicó Freire, de trabajar esa tensión
permanente que se crea entre la palabra del educador y el
silencio del educando, entre la palabra de los educandos y el
silencio del educador. Vivir apasionadamente la palabra y el
silencio, significa hablar «con» los educandos, para
que también ellos hablen «con» uno. Los
educandos tienen que asumirse también como sujetos del
discurso, y no como repetidores del discurso o de la palabra del
profesor». Hay que aprender algunas cuestiones
básicas como éstas, por ejemplo: no hay pregunta
tonta, ni tampoco hay respuestas definitiva. «Es necesario,
agrega Freire, desarrollar una pedagogía de la pregunta,
porque lo que siempre estamos escuchando es una pedagogía
de la contestación, de la respuesta».

– La tercera virtud podemos resumirla así:
«Trabajar críticamente la tensión entre la
subjetividad y la objetividad», es decir entre conciencia y
mundo, entre ser social y conciencia. Al respecto, Freire nos
dice: «Es difícil definir esta tensión porque
ninguno de nosotros escapa a la tentación de minimizar la
objetividad y reducirla al poder de la subjetividad todopoderosa.
Cuando yo les digo que es difícil que uno ande por las
calles de la historia sin sufrir alguna de estas dos tentaciones,
quiero decir que yo también tuve estas tentaciones y
anduve cayéndome un poco para el lado de la subjetividad.
Cuando leo la palabra «concientización»
-palabra que nunca más usé desde 1972-, la
impresión que tengo es que el proceso de
profundización de la toma de conciencia aparecía en
ciertos momentos de mi práctica como algo subjetivo. Me
autocritiqué cuando vi que parecía que yo pensaba
que la percepción
crítica de la realidad ya significa su
transformación. Esto es idealismo».

– La cuarta virtud Freire la hace residir en
«diferenciar el aquí y ahora del educador y el
aquí y el ahora del educando». «Porque en la
medida, aclara Freire, que yo comprendo la relación entre
«mi aquí» y «el aquí» de
los educandos es que empiezo a descubrir que mi aquí es el
allá de los educandos».

– Las otras virtudes que Freire recomienda a los
educadores son «evitar el espontaneísmo sin caer en
posturas manipuladoras» y «vincular teoría y
práctica», es decir, «vivir intensamente la
relación profunda entre la práctica y la
teoría, no como superposición, sino como unidad
contradictoria, de tal manera que la práctica no pueda
prescindir de la teoría. Pensar que todo lo que es
teórico es malo, es algo absurdo, es absolutamente falso.
Hay que luchar contra esta afirmación. No hay que negar el
papel fundamental de la teoría. Sin embargo, la
teoría deja de tener cualquier repercusión si no
hay una práctica que motive la
teoría».

– Como séptima virtud Freire recomienda
«practicar una paciencia impaciente», explicada en
los términos siguientes: «Se trata de aprender a
experimentar la relación tensa entre paciencia e
impaciencia, de tal manera que jamás se rompa la
relación entre las dos posturas. Si uno enfatiza la
paciencia, cae en el discurso tradicional que dice: «Ten
paciencia, hijo mío, porque tuyo será el reino de
los cielos». El reino debe ser hecho aquí mismo, con
una impaciencia fantástica. Si nosotros rompemos la
relación entre la paciencia e impaciencia,
dejándonos ganar por la impaciencia, caemos en el
activismo. El activismo olvida que la historia existe, no tiene
nada que ver con la realidad, pues está fuera de
ella».

– Por último, pero no menos importante,
está la virtud de saber leer el texto a partir
de la lectura del
contexto. «Esta es una de las virtudes que
deberíamos vivir para testimoniar a los educandos,
cualquiera que sea su grado de instrucción (universitario,
básico o de educación popular), la experiencia
indispensable de leer la realidad sin leer las palabras. Para que
incluso se puedan entender las palabras. Toda lectura de
texto
presupone una rigurosa lectura del contexto».

Por otro lado, dice Freire, que para que la
educación tenga validez, hay que darle protagonismo al
sujeto, para hacer historia, no para vivirla, y esto se logra a
través de la práctica.

La tarea del educador no se reduce a esperar la
revolución, debe luchar por la liberación. Freire
propone el desarrollo de la conciencia crítica en el
educador y en el educando. Esta conciencia (que él va a
llamar concientización) surge de confrontar la realidad.
"La vocación del hombre es ser sujeto, no ser objeto",
escribe en su libro
"Teoría y práctica de la Liberación".
¿Y cómo llega a ser sujeto el hombre? Primeramente,
nos dirá Freire, reflexionando sobre su situación
concreta y luego interviniendo en su contexto social para
transformarlo. Ser sujeto es un compromiso histórico que
se lleva a cabo en la praxis. La educación, dirá
Freire en "Pedagogía del Oprimido" no instrumenta a las
personas para poder enfrentar los problemas más corrientes
de su vida cotidiana, y menos aún los grandes problemas de
la existencia social. En vez de desarrollar todas las potencias
del hombre, lo fragmenta oponiendo la cabeza al cuerpo, los
sentimientos a la razón, la teoría a la
práctica, lo manual a lo
intelectual. Freire propone al docente dos lugares de
intervención, en la cabeza de quien aprende, y en la vida
de quien aprende. Los extraordinarios resultados que obtuvo
Freire con los analfabetos nordestinos se ancló en su
clara confluencia entre educación y política, leer
es leer la realidad, situarse en ella y comprometerse con ella.
Es interesante señalar que todas las acciones de
los Círculos de Lectura se hicieron fuera del sistema
educativo formal, ya que en este período Freire ve a la
institución escolar como un lugar que trabaja por el
disciplinamiento y conformismo de los sectores
oprimidos.

APLICACIÓN EN
LA INSTITUCIÓN ESCOLAR

Como posibles utilizaciones de la concientización
podemos encontrar la alfabetización de adultos, el estudio
de la cultura de grupos
sociales marginados, preparación de todo tipo de
acciones
educativas para adultos (ciencias de la
naturaleza y
ciencias
humanas) o diseño
de secuencias educativas para niños,
es decir, aprendizaje del método científico, del
tipo de la "escuela investigación" italiana.

Hay que pasar de lo ideal a lo
práctico:

Se pueden organizar grupos de discusión
ideológica, que también debata sobre nuestra
realidad, por ejemplo que se discutan las leyes de
educación o que se evalúe la situación
social. También pueden organizarse eventos
culturales, se pueden organizar talleres sobre diferentes temas
(liberalismo,
comunismo,
representatividad de los políticos, etc.) y abrirlos a la
comunidad; otra cosa que es importante es formar a la gente
necesitada y estimular a la que no le interesa el saber. Conocer
nuestros derechos y obligaciones
es fundamental para que nadie nos pueda obligar a actuar en
contra de la ley, ya que en
este momento muy poca gente conoce realmente sus derechos y
obligaciones.
Se deben aprovechar las fallas del sistema para demostrar que hay
una alternativa, que a través de la educación y de
la acción es posible algo distinto. Si todos nos unimos
las cosas pueden cambiar. Nos debemos agrupar, hoy en una
sociedad individualista como la nuestra es ya un acto
alternativo, pero no negando al individuo como tal, sino
aceptándolo en la diferencia. Debemos aprovechar cada
lugar posible e intentar generar en la cabeza de la gente la
discusión al sistema, es decir fomentar la
desestructuración. Esta discusión debe empezar en
las instituciones
más pequeñas de la sociedad, es decir, la familia,
grupo de
amigos, escuela, etc…, para que el cambio no sea
efímero, sino un antecedente de una nueva
sociedad.

CRÍTICA
PERSONAL

Como no podía ser de otra forma, los conceptos
básicos expuestos por Freire son loables y admirables para
cualquier alumno por el hecho de poder encontrarse en con una
escuela en total igualdad no
solo con los compañeros, sino también con los
profesores y los miembros ejecutivos, hecho que se ve como una
utopía. La imagen de la
educación como una liberación para los hombres es
un ideal vano, ya que para nosotros esta educación, hoy en
día, está envilecida por el hecho de que algunos
mandatarios creen ser aún opresores del sistema y de las
ideas ajenas a éste.

Hoy en día se trata de dogmatizar al alumno como
a animales de
granja, y así no alzar la voz ante los problemas de la
sociedad, pero toda esta problemática tiene un grabe
error, que no es otro que la "indisciplina" y el revolucionarismo
de la juventud que
se da en la actualidad, que a veces se lleva al extremo por parte
de los propios alumnos, al excederse en algunas
demandas.

Por todo eso estamos de acuerdo con las ideas del
liberacionismo y de Freire, pero creemos que sería
difícil de llevar a cabo la totalidad de sus ideas en la
actualidad.

BIBLIOGRAFÍA

 

 

 

 

José Francisco Soler Rico

José Francisco Castaño
Torres

Partes: 1, 2
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